miércoles, 15 de octubre de 2014


La magia de Tlayacapan está en que conserva diversos atractivos, como el baile del “brinco” del chinelo, un museo de momias en su ex convento del siglo XVI, la banda de música más antigua del país, artesanos que siguen creando extraordinarias piezas de cerámica en barro y una gastronomía que deleita.


De acuerdo con su raíz náhuatl, Tlayacapan significa “La nariz de la tierra”, hecho que cobra sentido en los comedores del Barrio de Santa Ana, donde podrás deleitarte con el mole verde de pepita, mejor conocido como pipián, acompañado con tamales de sal, charales y frijoles blancos. Te sugerimos también probar el tlaxcal, un pan prehispánico elaborado con maíz, canela y azúcar; así como el chocolate prehispánico en tablillas, molido en metate y que antes era destinado sólo a algunas jerarquías; por suerte esta delicia ya está al alcance de todos.

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